MOTRIL — Bajo el sol de la costa granadina, donde las plantaciones de caña dieron paso a urbanizaciones y cooperativas agrícolas, una vertical Butternut se alza discretamente entre tejados blancos. Desde aquí, Luis Miguel Videras Moreno (EA5EP) mantiene viva la llama de la radioafición con una mezcla de precisión técnica y cordialidad sureña.
Un shack frente al mar
La Sección de Motril es modesta en tamaño, pero notable por su constancia. EA5EP trabaja el espectro desde su ICOM IC-7300, acompañado por un robusto Kenwood TS-450 y un confiable IC-2725 para U/VHF. La señal se eleva con ayuda de un amplificador Ameritron AL-811, bien afinado para las condiciones de propagación costeras.
Las antenas, tan variadas como efectivas, incluyen un dipolo artesanal para 40 y 80 metros, un vertical Butternut multibanda, y la omnipresente Diamond X-300 para frecuencias altas. La integración de modos digitales vía interfaz SB-2000 completa un equipo que combina tradición y modernidad, sin pretensiones pero eficaz.
Más que potencia, presencia
Motril no figura entre las grandes secciones urbanas, pero su presencia en el aire es consistente. La sección mantiene vínculos con la comunidad global de radioaficionados a través de QSL vía bureau, directa (con sobre autodirigido), y LoTW. En cada contacto, un poco del Mediterráneo cruza el éter.
Una pasión longeva
“Many thanks for visiting my page,” escribe EA5EP, en una despedida sencilla que encapsula el espíritu de la sección: afabilidad, respeto por el contacto, y orgullo técnico. En Motril, la radio no es solo un pasatiempo. Es continuidad, comunidad, y una forma de mirar al mundo —con auriculares puestos y la antena bien sintonizada.
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