Cuenca del Almanzora en el aire: la voz que sopla desde Mojácar

Allí donde la Sierra Cabrera se desploma suavemente hacia el mar y los pueblos blancos de la Cuenca del Almanzora se asoman al Mediterráneo como centinelas del tiempo, hay una señal que no se ve pero que atraviesa valles, montañas y océanos. Desde Mojácar, un municipio almeriense encaramado al sol, Pedro Antonio Flores (EA7AYS) emite mucho más que ondas: transmite vocación, comunidad y memoria.

Como tantos radioaficionados, Pedro empezó con un walkie-talkie de aquellos que emitían señales en morse. Luego vinieron los días dorados del CB-27 MHz, el ascenso técnico por los escalones de EB, EC y finalmente EA. En ese viaje no sólo acumuló conocimiento: también tejió amistades, exploró el mundo desde una antena casera, y hoy representa la Sección Cuenca del Almanzora de URE, la cual preside desde 2005.

Pedro no es solo operador de radio. Es voluntario de Cruz Roja desde 1987, protección civil desde el año 2000, y miembro activo de REMER. Su tiempo libre lo reparte entre construir dipolos, explorar modos digitales como DMR y C4FM, y participar en expediciones y concursos que lo conectan con operadores de todos los continentes.

En su cuarto de radio, una Kenwood TS-50, una Yaesu FT-8900, y un portátil Icom IC91E conviven con antenas Diamond que desafían los vientos de levante. Allí, donde otros ven colinas y cielo, Pedro ve rebotes, propagación, y la promesa de un buen QSO.

Pero su legado va más allá del equipo. Con el número de socio 57.750, Pedro representa a una generación de radioaficionados que no solo hablan: también escuchan, ayudan y construyen comunidad. Desde el sitio web cuencalmanzora.es, la sección difunde información, experiencias y una forma de hacer radio profundamente humana.

Porque en Mojácar, donde el tiempo parece fluir más despacio, la radio no es una moda ni una nostalgia. Es una forma de estar presente. De tender la mano, incluso cuando no se ve.

Y Pedro, con su voz firme y su antena al viento, sigue ahí. Diciendo lo mismo que hace décadas, pero con más fuerza que nunca:

“73 y DX. Nos escuchamos en la próxima frecuencia.”