Badajoz en frecuencia: EA4ETU y la señal que cruza la raya

A orillas del Guadiana, entre almenas moriscas y la amplitud ondulada de la dehesa extremeña, Badajoz se extiende como un puente natural entre España y Portugal. Y allí, en esta tierra de fronteras porosas y cielo inmenso, se alza también otra forma de conexión: la que viaja sin carreteras, sin torres de alta tensión, sin fronteras. Se trata de la radioafición, y su epicentro en la provincia es la Sección Local de la URE Badajoz, dirigida por Santiago Molina Maspoch (EA4ETU).

Desde el locator IM68MV, esta estación no solo transmite coordenadas. Transmite identidad. Bajo el distintivo EA, y operando en la CQ Zone 14, Santiago lidera una comunidad discreta pero constante, que se apoya en plataformas modernas como LoTW y eQSL para mantener viva esa chispa de contacto que transforma unos pocos vatios en amistad internacional.

Aunque no utiliza la QSL Bureau ni correo directo, el enfoque aquí no es la formalidad del papel, sino la agilidad digital y la cercanía operativa. Con cada contacto registrado, los miembros de la sección estrechan lazos con operadores de toda Europa y más allá, contribuyendo desde Extremadura a una red global basada en el respeto, el conocimiento técnico y la voluntad de servicio.

Badajoz, con su mezcla de fortaleza histórica y hospitalidad moderna, no es un lugar que presuma de su tecnología. Pero en cada esquina, desde una finca hasta un rincón urbano, puede haber una antena apuntando al cielo, esperando el momento exacto en que el espectro se abra y permita una conversación improbable pero posible.

Y en ese momento, cuando alguien desde los Balcanes, Argentina o Japón conteste el CQ lanzado desde esta parte de la península, la historia de Badajoz se amplía. Ya no es solo ciudad amurallada ni capital fronteriza: es nodo, es punto de encuentro, es voz que viaja en silencio.