Desde lo alto de la meseta castellana, custodiada por murallas centenarias y con un aire que corta limpio como sus piedras, Ávila no solo guarda ecos de místicos y repúblicas medievales. También conserva, con firmeza y orgullo, una de las señales más humanas del espectro electromagnético: la de su comunidad de radioaficionados.
En esta ciudad de silencios amplios y cielos abiertos, la Unión de Radioaficionados de Ávila (URAV) transmite desde el locator IN70PP, identificada por el histórico indicativo EA1EG, que no es solo una secuencia de letras: es memoria viva.
Presidida actualmente por Jesús María Gimaré Márquez (EC1KR), la sección local mantiene con respeto y admiración un legado que trasciende lo técnico. EA1EG se conserva en honor a D. Alfredo Abella Martín, invidente, incansable DXer y presidente durante años, galardonado con el Botón de Oro de la URE en 1993. Su historia —como la de D. José Javier Díez (EA1JJ), otro presidente emblemático fallecido en 2013— ha dejado una huella profunda en la radioafición abulense.
Ellos no solo operaron estaciones. Formaron operadores. Inspiraron generaciones. Convirtieron las ondas en aula y hogar.
Hoy, cada vez que una señal parte desde Ávila, lleva en sus kilohertz el eco de esas voces. Los socios activos, muchos de los cuales fueron alumnos y amigos de estos pioneros, siguen construyendo comunidad con la misma pasión que aprendieron de sus maestros.
En un mundo donde lo efímero manda, URAV recuerda que las buenas señales perduran. Y en Ávila, tierra de Santa Teresa y noches estrelladas, cada “73” emitido tiene el peso de una tradición que —como sus murallas— sigue en pie.
Leave a comment
All comments are moderated before being published.
This site is protected by hCaptcha and the hCaptcha Privacy Policy and Terms of Service apply.