Novelda en el dial: EA5IUN y la frecuencia cultural del Vinalopó

Entre mármoles, especias y modernismo industrial, Novelda —la joya discreta del Vinalopó— esconde también un pulso invisible que atraviesa su aire seco y luminoso: las ondas de radioaficionados. En lo alto de la Casa de Cultura, en la segunda planta de la calle Jaume II, número 3, cada semana se abre una ventana a un mundo sin fronteras. Allí tiene su sede la sección local de la URE, donde la señal es clara, y la pasión, constante.

Bajo la guía de Alfonso José Rodríguez Mugica (EA5IUN), este grupo ha convertido el arte de comunicar en una forma de identidad comunitaria. No se trata solo de antenas ni de transceptores; se trata de conocimiento, compromiso, y una silenciosa pero persistente voluntad de conectar —con otros radioaficionados, con instituciones, y con su propio territorio.

En una ciudad conocida por su legado modernista y sus exportaciones al mundo, la sección local también exporta algo menos tangible: amistad, técnica y servicio, transmitidas en frecuencias que solo unos pocos saben escuchar. Desde ahí, en medio de libros, exposiciones y talleres culturales, los operadores mantienen viva una forma de comunicación que ni las redes sociales ni los smartphones han logrado sustituir.

No es raro que desde estas frecuencias se active una alerta meteorológica, se participe en simulacros de emergencia, o se explique a jóvenes curiosos cómo hablar con alguien al otro lado del planeta sin depender de satélites ni fibra óptica. Solo con antena, paciencia y respeto por el silencio entre palabras.

Y en un mundo saturado de ruido, eso es un arte que merece ser preservado.