La meseta modulada: Palencia y la persistencia analógica

La meseta modulada: Palencia y la persistencia analógica

PALENCIA, CASTILLA Y LEÓN — Desde una modesta sede situada justo encima de la estación de autobuses en la Plaza Berruguete, cada viernes por la noche, un pequeño grupo de apasionados revive una de las formas más puras de comunicación moderna: la radioafición. La Sección Local de Palencia de la Unión de Radioaficionados Españoles (URE), identificada por el indicativo colectivo EA1URP, es, como muchas otras en España, un refugio para quienes valoran el silencio entre frecuencias y la camaradería sin algoritmos.

Al frente del colectivo se encuentra Alfonso Benayas Juárez (EC1R), un presidente cuya gestión combina cercanía institucional con apertura intergeneracional. Su objetivo no es solo mantener viva la estación, sino también cultivar una cultura del “escuchar antes de hablar” que, en tiempos de sobreestimulación digital, resulta casi subversiva.

Altavoces del interior

Enclavada en el corazón de la España vaciada —esa vasta franja de tierra que la geografía económica suele ignorar— Palencia no figura entre los centros de innovación tecnológica. Y, sin embargo, la radioafición local encarna una forma resistente y resiliente de modernidad: aquella que prescinde del brillo de las pantallas para concentrarse en la esencia de comunicar, aún cuando las condiciones son adversas.

Su página web, ea1urp.ure.es, es una ventana discreta pero útil, donde se informa de actividades, eventos y convocatorias, aunque el verdadero tráfico —como corresponde a un buen radio club— ocurre por el aire y no por fibra.

Los viernes, el aire vibra

Entre las 20:00 y las 22:30 de cada viernes, la sede de EA1URP se transforma en un cruce de generaciones, conocimientos y frecuencias. No es raro ver a operadores veteranos explicar la diferencia entre QRM y QRN a jóvenes curiosos, ni tampoco que se hable de satélites de órbita baja y propagación esporádica con el mismo entusiasmo con el que otros comentan partidos de fútbol.

Allí no hay pantallas táctiles ni asistentes virtuales. Solo antenas, transceptores, libretas y la satisfacción de que, en un mundo que habla mucho, ellos todavía saben escuchar.

Una constelación castellana

Lo que ocurre en Palencia no es un caso aislado, sino parte de una constelación de pequeñas luces que desde Lugo hasta Melilla mantienen viva la radioafición en España. Su relevancia ya no está en la cobertura o en la novedad técnica, sino en el profundo valor cultural que representa: una manera alternativa de relacionarse, de aprender, de pertenecer.

En el aire palentino, cada CQ lanzado desde EA1URP es menos una llamada técnica y más una invitación filosófica: en tiempos de ruido, afinar la escucha puede ser el acto más revolucionario.

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